Yo te amaré por todos los hombres que no te han amado,
por todos aquellos que no encontraron tu boca,
por los que no descubrieron en ti a todas las estrellas,
por los que pensaron que eras parte de la bóveda celeste
y no pudieron entender que tú ves el cielo desde arriba.
Yo te amaré por todos los hombres que fueron ciegos,
por los que nunca te vieron y por los que cerraron sus ojos,
por los que ni tan siquiera llegaron a soñarte
y por aquellos que perdieron su libertad en un sueño.
Yo te amaré por todos los hombres solitarios,
por los que jamás supieron que habitabas en esa soledad,
que allí estabas tú,
invisible como la poesía,
como este poema
y como mi vida.
Yo te amaré, amor, como si fuera yo todos los hombres,
como si toda la tierra fuera tuya,
como si creyese en Dios
y sintiendo desde mi alma
que solo existimos tú, yo
y todos los versos que me arrancas.
Rafael Reyes